Carlos Vermut ha llevado a cabo un abordaje de mis sentidos a los cuales ha conquistado con su producción del 2022, Mantícora.
En este film, el director nos cuenta la historia de Julián, un joven diseñador de videojuegos que vive atormentado por un oscuro secreto. De repente, Diana, una persona muy especial, aparece en su vida brindándole esa oportunidad para ser feliz que siempre pensó perdida. ¿Será capaz de mantener sus demonios a un lado e incluso hacerlos desaparecer para siempre?
Desde un principio, Mantícora llamó mi atención por el brillante trabajo de sus actores y por una dirección muy mantenida en la que menos, es más. El guión me cautivó sin apenas darme cuenta, cosa que agradezco, el ser tomado por mi mano y dejarme llevar sin tan siquiera pensar hasta donde me puede llevar. Esta película española nos sumerge en un mundo donde la cotidianidad no es lo que parece, donde las personas no son más que un reflejo de sus máscaras y sus demonios internos los consumen día a día. El elenco de actores brinda interpretaciones extraordinarias, sumergiéndonos de lleno en la psicología compleja de cada personaje. Cada gesto, mirada y diálogo está lleno de intensidad y credibilidad, lo que nos permite empatizar y adentrarnos en sus conflictos internos. El magnífico trabajo actoral eleva la película a niveles impactantes, manteniéndonos al borde del asiento en cada escena. La dirección de actores es impecable, logrando extraer lo mejor de cada intérprete.
Carlos Vermut se muestra hábil en su manejo de los ritmos narrativos, creando una tensión palpable a medida que se desvelan los secretos de nuestro personaje. Además, el estilo minimalista y realista utilizado en la película le otorga un toque casi documental, haciendo que la historia se sienta aún más cruda y auténtica. El guión es una joya en sí mismo. Cada línea de diálogo está meticulosamente escrita. A medida que la trama se desarrolla, nos adentramos en la psique de Julián, manteniendo nuestra atención y curiosidad en todo momento.
Quizás no sea un elemento fundamental, pero en Mantícora siento un trasfondo urbano en el que nuestro personaje queda aislado por sí mismo al no encajar en la sociedad que lo rodea. Solo mediante la muestra de aquellos rasgos que los demás aceptarían, Julián consigue sobrevivir en su día día sin alterar sus rutinas, al menos de momento, retratando así una realidad desconocida para muchos.
La película nos sumerge en un mundo de secretos ocultos y peligros latentes, recordándonos que la apariencia engañosa de las personas puede esconder una oscuridad profunda. Mantícora nos hace reflexionar sobre la naturaleza humana y la capacidad que todos tenemos para ocultar nuestra verdadera esencia. Un logro cinematográfico que merece ser aplaudido y disfrutado por su habilidad para hacernos partícipes en la vida de Julián.
