La primera película del innovador movimiento cinematográfico Dogma, aclamada con múltiples premios, es una joya.Aunque presenta un estilo más convencional en comparación con las obras de VonTrier, no deja de ser estupenda.
Los Klingenfeldt, una familia de la alta burguesía danesa, se disponen a celebrar el sesenta cumpleaños del patriarca, un hombre de trayectoria y reputación intachable. Sin embargo, sus tres hijos, aunque muy diferentes entre sí, están dispuestos a aprovechar la ocasión para sacar a relucir los trapos sucios de la familia.
Vinterberg rompe con las convenciones del cine convencional siguiendo el manifiesto del grupo, y aplica audazmente nuevas formas de contar una historia. El director permite que su narrativa siga su propia lógica, sin perseguir significados trascendentales. Es un ejercicio narrativo fascinante.
La interpretación de los actores es soberbia, han hecho suyos los personajes y los han defendido magníficamente.Sin duda, el director ha tenido una gran influencia en ello. Cuando un actor y un director comparten un criterio y trabajan un personaje en un contexto que los satisface mutuamente, los resultados son siempre sorprendentes. Y este es precisamente el caso. Por tanto, aplaudo la interpretación de los actores y la supervisión y dirección de Vinterberg.
La fuerza de la película reside en un espléndido guión, prácticamente sin fisuras, en el que los giros argumentales son auténticas puñaladas. Los protagonistas nos asombran con gestos expresivos y silencios elocuentes, miradas calculadoras y sonrisas despreciativas. Todos ellos asumen sus roles en pantalla y los plasman con una verisimilitud que solo el cine Dogma puede otorgar.
Thomas Vinterberg impacta con una historia macabra, imbuida de un humor negro difícil de comprender y con situaciones que rozan lo abstracto.
"Celebración" no solo es un riguroso y brillante ejercicio de estilo dentro del movimiento Dogma, sino también una historia cruda y, en ocasiones, violenta, narrada de manera excelente gracias a interpretaciones destacadas, diálogos sustanciales y una tensión dramática persistente que mantiene al espectador enganchado a la trama hasta el final.
