David Lynch fue el director, productor, guionista, montador, decorador y encargado de los efectos especiales. "Eraserhead", una de las películas de culto de reputación más perdurable en el cine contemporáneo. Un clásico del cine de medianoche, una delicia perversa. Cada vez que la veo estoy igual de hechizado por la película y sus misterios. "Eraserhead" sigue siendo una obra asombrosa que simplemente redefine lo que un largometraje puede conseguir.
Henry Spencer, un joven depresivo y asustadizo, sufre desde pequeño unas extrañas pesadillas de las que intenta liberarse a través de su imaginación.
Lynch retrata nuestros miedos más hondos con medios exclusivamente cinematográficos. Bucea entre los pliegues de la mente–lo hace a pulmón, sin ataduras ni paracaídas. Si alguna vez tropieza, se levanta. Y sigue haciendo cine. Su propuesta es genuina, emocional. Entrevé pálidas luces en lo oscuro. "Eraserhead" es el primer largometraje del maestro norteamericano. En él retrata el pánico del hombre, del varón, ante la vida conyugal y, sobre todo, ante el hecho irreversible de ser padre. La claustrofobia surge de lo cotidiano. Lo corporal deviene pura nausea. El semen es escoria. El mundo que retrata es completamente personal. Lynch declara haber vivido en él durante varios años y yo creo en su palabra. Un mundo así no puede ser un artefacto.
Básicamente, la película critica nuestra sociedad desde sus cimientos: la familia. El interés del hombre (como hombre de género masculino) por lograr el éxito y cumplir sus sueños, y como estos se ven destruidos cuando llega el momento de asentar la cabeza. "Eraserhead" convierte en una auténtica pesadilla el constituir una familia, el terror de convertirse en padre: el terror de que los horrores de su hijo sean una parte de uno mismo, de que el hijo termine por sustituirle, la desconfianza que produce el hecho de no poder estar seguro de que tu hijo sea tu hijo; el terror de que el matrimonio acabe con las esperanzas y los sueños de uno (representados en la chica del radiador), y por supuesto el sempiterno mito de Salomé: el terror de que la esposa devore la cabeza del marido. Lynch narra todas esas fobias a la perfección, utilizando además una estética opresiva, oscura e inquietante, con una banda sonora que le acompaña a la perfección, y unos actores excelentes.
"Eraserhead", o "Cabeza Borradora", puede estar en principio emparentada con "Un perro andaluz", pero sería simplemente en su aspecto, a partir de ahí, hay poco más, básicamente porque mientras la obra deBuñuel no es narrativa, esta si que lo es, si bien utiliza recursos "oníricos", simbólicos, para desarrollar la trama (estos simbolismos entroncan con teorías psicoanalíticas, lo cual también entronca con el surrealismo más tardío).